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El Romance de Ginerelo, de Gea de Albarracín

Recogido por Angel González Palencia
En Gea de Albarracín en 1929
A)
Mes de mayo, mes de Mayo,
mes de los grandes calores,
cuando las cebadas granan,
los trigos crían colores,
cuando los toricos bravos,
los caballos corredores,
cuando los enamorados
regalan a sus amores.
Unos les regalan cintas,
otros les regalan flores;
¿qué haré yo, triste de mí,
metido en tantas prisiones,
sin saber cuándo es de día,
sin saber cuándo es de noche?
Sólo cuando el gallo canta
a uso de media noche.
B)
--Gerinelo, Gerinelo,
mi camarada espulido;
¿quién te tuviera esta noche
tres horas en mi albedrio?
--Como soy vuestro criado,
señora, os burláis conmigo.
--No te miento, Gerinelo,
que de veras te lo digo.
.......................................
A las doce de la noche
tres vueltas le dió al castillo
con zapatitos de seda
para no hacer tanto ruido.
Cada escalón que subía
le costaba un suspiro,
y en el último escalón
la Princesa lo ha sintido,
--¿Quien es el hombre alegante
que no le teme al castigo?
--Soy Gerinelo, señora,
que vengo a por lo ofrecido.
Lo ha cogido de la mano
y a su cuarto lo metido;
dándose besos y abrazos
Los dos quedaron dormidos.
El Rey se lo amalició
y a ver la Princesa ha ido;
se los encontró durmiendo
como mujer y marido.
--¿Qué me haré yo en este caso,
qué me haré yo, padre mío?
por dónde me iré, Dios mío?
--Márchate por los jardines
a coger rosas y lirios.
El Rey, como lo sabía,
Ginerelo no lo mato,
que lo crié desde niño.
Y si mato a la Princesa
queda mi reino perdido;
la espada dejo en el medio
pa que sirva de testigo.
Otro día por mañana,
tres horas el sol tendido,
la resfrior de la espada
la Princesa había sentido.
--Levántate, Gerinelo,
levántate, Conde mío,
que lo espada de mi padre
está sirviendo e testigo.
-- ¿Por dónde me iré yo agora,
al encuentro le ha salido.
--D'ónde vienes, Gerinelo,
tan marchito y amarillo?
--De coger rosas, mi Rey,
de coger rosas y lirios,
y una rosa de venganza
el color me se ha comido.
C)
Una guerra se ha movido
en Francia de Portugal,
y a Gerinelo lo nombran
de capitan general.
--Dime, Gerinelo, dime,
dime cuándo volverás.
--Si a los tres años no vuelvo,
Princesa, te pués casar.
Los tres años bien cumplidos
Gerinelo por allá,
un día estando en la mesa
la Princesa y su papá:
--¿Cómo no te casas, hija,
o te mandas esposar?
--Papá, no me diga eso
ni me lo vuelva a nombrar.
Tengo una carta en mi pecho;
Gerinelo vivo está;
si usté me diera licencia
para irlo a buscar.
--La licencia tienes dada,
cuando te quieras marchar.
Se ha vestido de romera
y al conde ha ido a buscar.
Ha corrido siete reinos
y a la venida p'acá
ha encontrado un vaquerito
con una grande vacá.
--Vaquerito, vaquerito,
¿de quién es esa vacá?
--De Gerinelo, señora,
que ya está para casar.
La niña le dió un desmayo
y al suelo cayó mortal;
el vaquero, compasivo,
la ha ayudado a levantar.
--Toma esta onza de oro
y llévame a su portal
a pedirle una limosna.
Y él se la ha salido a dar.
--No vengo a por tu limosna
ni a lo que me puedes dar;
vengo a por el anillo de oro
que te lo dí sin marcar.
La novia salió de adrento
como un demonio infernal.
--¡Romera, tú eres el diablo
que me has venido a tentar!
--Ni soy romera ni diablo,
ni soy demonio infernal;
Gerinelo es mi marido
y me lo vengo a llevar.

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