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Beato de Fernando I y Sancha: el diseño

Pocos años después de la conquista árabe, en vísperas de época Carolingia, un monje del monasterio de Santo Toribio, de nombre Beato, escribió unos Comentarios al Apocalipsis que conmocionaron a toda Europa y muy especialmente a los cristianos del reino de Asturias, que lo convirtieron en el libro de la Reconquista, copiandose a lo largo de los siglos e ilustrándose con fascinantes y sobrecogedoras miniaturas. Estos códices se conocen hoy en día como los "Beatos.".

El suntuoso Beato de Fernando I y doña Sancha ( Madrid, Biblioteca Nacional, Vitr. 14-2), terminado en el año 1047, es quizás el mayor exponente del sentimiento milenarista de esa época. Realizado por encargo regio, no se escatimaron medios en su producción. Sus fastuosas imágenes dan inicio a una de las más prodigiosas tradiciones iconográficas de toda la historia del arte occidental.

Veamos algunos ejemplos:

Siega, vendimia y lagar de la ira de Dios (f. 209)

Apoc. XIV, 14-20

Y mire y vi una nube blanca, y sentado sobre la nube, uno como Hijo de hombre, que llevaba sobre la cabeza una corona de oro y en la mano una hoz afilada. Y otro ángel salió del templo gritando con voz fuerte al que estaba sentado sobre la nube: "Mete tu hoz y siega, porque ha llegado la hora de segar, la mies de la tierra está madura". Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra y la tierra fue segada. Otro ángel salió del templo que está en el cielo; tenía también una hoz afilada. Y salió del altar otro ángel, que tiene poder sobre el fuego, y gritó con voz fuerte al que tenía la hoz afilada: "Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque sus uvas están maduras". El ángel metió su hoz en la tierra y vendimió la viña de la tierra y la echó en el gran lagar de la ira de Dios. Y el lagar fue pisado fuera de la ciudad y brotó sangre del lagar hasta los frenos de los caballos en una extensión de mil seiscientos estadios.

Beato de Liebana de Fernando I y Sancha

En la imagen destaca la capacidad de ordenar la superficie que poseen los miniaturistas tanto como la sensibilidad cromática que les lleva a combinar los colores de un modo inédito en la zona superior, donde se manifiestan todos los ángeles y Jesucristo. La nube es casi completamente blanca y cándida, y el ángel va tocado con una corona sin precedentes. En el piso intermedio se desarrollan las labores de siega y vendimia, como trabajos rurales cotidianos, siendo en cada caso dos personajes los que llevan a cabo las faenas rurales, armados de las correspondientes hoces.

Puesto que Daniel ha utilizado algunas ideas básica de la organización del espacio con franjas de colores en el diseño del bog de Cadius Zaragoza , utilizemosle a él de ejemplo.

Daniel arrojado a los leones (f. 286)

 

Beato de Liebana de Fernando I y Sancha

 


El artista ha creado una composición unitaria y simétrica, centrando todo y relacionando lo de arriba y abajo. Incluso ha dibujado algo mayor a Habacuc que el ángel, de modo que así se compense la masa añadida de las alas de aquél y no pese ópticamente más que el otro. Hay un clasicismo compositivo en el trabajo de los artistas del Beato de Fernando I de Sancha que difícilmente se encuentra en los otros artistas altomedievales. Daniel abre sus brazos al modo de los orantes antiguos, mientras Habacuc aparece con el recipiente de la comida (similar a copas y lámparas), sostenido por el cabello por el ángel alado portador de una especie de bastón de mando. Los leones lamen los pies del profeta. Abajo, el rey, echado en su cama, con la mano en la cara en gesto atribulado, no puede dormir. Guardan su descanso dos soldados con lanzas y rodelas.

 

1 comentario

torresburriel -

Jejejeje, si los leones se atreven a hincarme el diente, les dará una indigestión :P