Hay una ciudad que veo construirse todos los días desde mi ventana.
Lo que eran calles y solares se convertira en un abigarrado conjunto de aparcamientos, cines, supermercado, hoteles, oficinas etc. y todo el mundo en esta ciudad parece tener prisa.
Aragonia en Marzo de 2006.
El "bujero" se empeza a excavar, todavía resistía la gasolinera que siempre había conocido en la calle vecina.
Aragonia en abril de 2006 El "bujero" sigue creciendo en longitud y profundidad.
La gasolinera ha sido arrasada y ya solo es un recuerdo de hormigon en el suelo.
Aragonia en Mayo de 2006.
La profundidad de la "piscina" sigue creciendo. Llega a los 22 metros que fueron creados con un muro de contención perimetral, previamente a la retirada de tierras como una caja de zapatos. En la imagen todavía se aprecia la ferralla que se metía verticalmente en las zanjas para crear el muro vertical que rodea todos los sotanos y aparcamientos de la obra.
Conforme se va extrayendo tierra también se hacen varios "cosidos" del muro al terreno para sujetarlo.
Aragonia junio de 2006.
En la parte final ya se ha llegado al fondo. Tras una capa de lavado, la losa que sera el primero de los suelos se arma con hierro en abundancia y un espesor de al menos metro y medio. El tráfico incesante de camiones llevandose la tierra será ahora compartido con el tráfico de hormigoneras. En la parte central desaparece también lo que era el suelo de la gasolinera y una prolongada cuesta permite a los camiones llevarse la tierra desde los 22 metros bajo rasante de las calles.
Aragonia julio de 2006.
Mientras el tráfico incesante de camiones profundiza en todo su extensión el solar, aparecen al fondo la nueva contrucción, el aparcamiento -7 de la esquina ya tiene suelo y techo.
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En agosto siguió imparable la obra.
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Aragonia septiembre de 2006.
Agosto no ha sido mes de descanso. Al empezar septiembre el hormigón avanza como una marea que lo cubre todo. 3, 4 pisos están, ya hormigonados al fondo. En el centro también avanza a toda velocidad, mientras la tierra original se reduce a una cuesta imprescindible.
Aragonia en octubre de 2006.
Sigue creciendo la obra y donde había tres pisos hay cuatro o cinco. También aparecen los de doble altura hasta casi la calle. Las hormigoneras se dotan de largos brazos articulados que cual cangrejos o arañas descomunales llegarán hasta presas lejanas.
Aragonia noviembre de 2006.
La obra sigue aumentando, la tierra sigue disminuyendo y cada vez que se llega al fondo aparece una losa que sienta las bases para el edificio que subira hacia arriba. El solar cambia su color de marrón a gris.
Ante el aumento de los trabajos a desarrollar aparecen las gruas, y entonces se incrementa el tráfico interno de ferrallas, de andamios de madera y hierros, de hormigones varios, dirigidas por multitudes de hormiguitas de colores, naranjas y amarillos fosforito, que ocupan toda la obra.
Aragonia diciembre de 2006.
Todo se acelera, mas superficie conquistada por el hormigon, mas pisos encima de esa superficie, mas gruas para hacer esos pisos.
Aragonia enero de 2007.
La tierra rinde sus últimas existencias, hasta la antigua cuesta de salida de camiones ha desaparecido. Container a contairner son eliminados los últimos rincones que quedaban. Las gruas ya no son una ni dos, sino que llegan hasta seis en la misma obra.
Aragonia febrero de 2007.
En el rincón inferior izquierda una ferralla toma posiciones. Es la última parte de la losa todo el suelo, el último suelo, del edificio ya está completo, ahora solo queda subir por todas partes. Ocho gruas instaladas haran este trabajo.
La evolución de esta obra ya se trató anteriormente .
