Abril aguas mil

Esta primavera está siendo un poco revuelta.

Si las (casi) primeras nieves calleron a finales de marzo provocando las riadas que antes eran tan habituales, el abril aguas mil se ha cumplido como hace años que no se recordaba.

Sale el sol por la mañana tan ricamente, tan primaveral, te asomas a la ventana, te dejas el paraguas en casa, y mientras vuelves a comer, en dos minutos da tiempo que el cielo se vuelva gris oscuro, pero muy oscuro y te caigan encima dos pozales de agua, como si un gracioso te estubiera esperando al cruzar cada calle.

Y no es de casualidad, en la última semana me ocurrio varias veces.

Hoy me he llevado el paraguas a la oficina, por mucho sol que hubiera, veremos a ver lo que pasa si en vez de salmueras tenemos aguadas .

Menos mal que la lluvia cae con utilidad. Las calles van a quedar relimpias, los parques con un barro que es la delicia de toda criatura que se precie, y hasta quedara agua para beber y el resto de necesidades.

Pues bueno, ya llegara el verano y nos quejaremos del calor.